Resumen rápido:
Saber cómo comunicarte en distintas situaciones es una gran ventaja. En el boletín de hoy quiero mostrarte cómo mejorar tus habilidades de comunicación con estrategias simples para que puedas mantener un hilo de conversación, evitar interrogatorios excesivos y encontrar tu propio estilo comunicativo.
“La comunicación efectiva es 20% lo que sabes y 80% cómo te sientes con respecto a lo que sabes”. — Jim Rohn.
Sin importar tu puesto de trabajo, saber cómo comunicar tus ideas y establecer conversaciones con cualquier persona es una habilidad indispensable para triunfar en el ambiente laboral.
Tus objetivos, estrategias o logros que quieres alcanzar dependen de tu habilidad para establecer conexiones con las personas.
La mejor forma para lograr esto es mediante una comunicación efectiva.
Por eso, en el correo de hoy quiero mostrarte estas estrategias comprobadas para que puedas encontrar tu propio estilo de comunicación.
2 consejos indispensables para mejorar tus habilidades de comunicación.
#1 Mantén un hilo de conversación.
La razón por la que ciertas conversaciones se sienten vacías o incómodas es porque no existen hilos que permiten conectar con ideas distintas.
Para evitar que esto te suceda, necesitas contar historias que no se sientan vacías.
Aquí tienes unos ejemplos:
Ejemplo de historia vacía:
"Ayer tuvimos una junta con el jefe. Nos explicó los nuevos objetivos, hablamos un poco sobre los pendientes y luego todos volvimos a nuestros escritorios. Al final, fue una reunión más, como todas."
¿Sabrías cómo responder?…
… Estos son algunos de los errores.
Falta de contexto o detalle: no se explica por qué la reunión fue importante o cómo impactó al equipo.
Cierre abrupto: termina sin dejar una conclusión clara ni espacio para continuar la conversación.
No invita a la participación: no se incluyen preguntas, dudas o puntos que los oyentes puedan retomar.
Narrativa monótona: la historia se percibe como repetitiva, haciendo que parezca irrelevante.
No aporta valor: falta de información útil o interesante que motive a los demás a compartir sus opiniones o experiencias.
Ejemplo de una historia abierta.
"Ayer en la junta, el jefe nos explicó los nuevos objetivos para este trimestre y hablamos de algunos pendientes que tenemos que resolver pronto. Me dejó pensando en cómo podríamos gestionar mejor las prioridades. ¿Tú cómo lidias con esos cambios cuando todo se mueve tan rápido?"
¿Puedes notar las diferencias?
Al final, la persona está comunicando la misma situación, pero de una manera completamente diferente.
Existe un contexto y claridad: se mencionan tanto los objetivos como los pendientes de forma específica, lo que da contexto y estructura a la conversación.
Se percibe un interés por aprender: el comentario sobre gestionar prioridades no solo informa, sino que también refleja interés por aprender y mejorar, lo que genera un ambiente colaborativo.
Busca la participación de la otra persona: Al cerrar con una pregunta abierta ("¿Tú cómo sueles manejar esos cambios...?"), se invita a la otra persona a compartir su perspectiva y experiencias, fomentando una conversación más dinámica.
#2 Utiliza declaraciones en lugar de preguntas.
Piensa en tu última entrevista, ¿recuerdas esa tensión y nervios que sentías al recibir pregunta tras pregunta?
Esto sucede porque la entrevista no promueve una conversación natural, donde ambas personas pueden compartir sus pensamientos.
Por eso es muy importante que, al establecer una conversación, no bombardees a la otra persona con miles de preguntas.
Si lo haces, no podrás compartir información de ti mismo y solo estás demandando información de la otra persona, lo que genera una falta de conexión.
Ejemplo incorrecto:
"¿Ya terminaste el reporte? ¿Cuándo lo enviaste? ¿Te contestaron algo? ¿Tienes tiempo para ayudarme después?"
Esta interacción es interrogativa y unidireccional, lo que hace que la otra persona se sienta interrogada, no escuchada, y sin espacio para responder con naturalidad.
Ejemplo correcto:
"Vi que estabas trabajando en el reporte; seguro estuvo complicado sacarlo a tiempo. Si necesitas repasar algo después, voy a estar libre a las 3. Y, si puedes, me vendría muy bien tu opinión para un tema que traigo pendiente".
Al reconocer el esfuerzo y ofrecer ayuda, permites que la otra persona comparta su situación y disponibilidad.
Esto fomenta una conversación abierta, invita a la colaboración y fortalece la relación profesional en un ambiente más cooperativo.
Encuentra tu estilo de comunicación.
Las personas más influyentes se convirtieron en grandes presentadores cuando encontraron su propio estilo de comunicación.
No se trata de imitar o copiar el estilo de comunicación de otra persona, sino de encontrar el mejor estilo para ti.
Para que puedas descubrirlo, te quiero compartir unos ejemplos de personas influyentes:
#1 Mentor/Consejero
Este estilo es ideal para quienes disfrutan orientar a otros. Suelen ofrecer consejos útiles con entusiasmo y buscan ser una guía en todo momento.
#2 Propósito.
Si trabajas con una meta clara en mente y te enfocas en lograr un impacto concreto, este estilo refleja tu manera de comunicarte.
#3 Vendedor
Te encanta convencer a otros y conectar rápidamente con ellos. Tienes una habilidad natural para persuadir y vender tus ideas o productos.
#4 Inspiracional
Este estilo es para quienes inspiran con su visión y optimismo. Les gusta motivar sin restricciones y animan a los demás a pensar en grande.
#5 Narrador
Si te apasiona contar historias que conectan y generan impacto, este estilo es para ti. Encuentras maneras de comunicar ideas complejas a través de relatos sencillos y atractivos.
¿Cuál es tu estilo de comunicación?
Encuéntralo y no intentes copiar a alguien que no es como tú.
3 etapas para descubrir tu estilo de comunicación.
Ahora que conoces algunos de los estilos de comunicación, llegó el momento de identificar cuál se asemeja más a tu personalidad.
Toma tu celular y habla durante 3 minutos sobre un tema que te interese. Luego, analiza tu vídeo en tres etapas:
Etapa 1: Revisa el vídeo sin audio.
Observa tus movimientos y expresiones.
Toma notas sobre cómo te comunicas visualmente: ¿Qué haces con tus manos? ¿Son coherentes tus expresiones?
Etapa 2: Escucha solo el audio.
Presta atención al ritmo, volumen y tono de tu voz.
Identifica si usas palabras innecesarias o de relleno que podrías evitar.
Etapa 3: Mira el vídeo completo (audio y visual).
Evalúa la consistencia entre tu lenguaje corporal y tus palabras.
Pregúntate: ¿Tu cuerpo refleja la emoción o pasión que intentas transmitir? Si no es así, hay aspectos que podrías corregir.
Este ejercicio está inspirado en las enseñanzas de Vinh Giang un experto en comunicación que muestra cómo nuestros gestos y tonos hablan tanto como nuestras palabras. Si quieres aprender más sobre cómo mejorar tu oratoria, te recomendamos explorar su trabajo.
Espero que estos consejos y estrategias te sean útiles para mejorar tu comunicación en el trabajo.
Mucho éxito.
- Miguel
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